El divorcio de Clara y Javier: cuando la discapacidad de un hijo marca la diferencia
Clara y Javier nunca imaginaron que, después de tantos años juntos, se encontrarían sentados en una sala de espera de un juzgado, a punto de poner fin a su matrimonio. Sabían que el divorcio con hijos con discapacidad, sería un proceso complicado, pero lo que más les preocupaba no era repartir los muebles o decidir quién se quedaría con la casa. Lo que de verdad les inquietaba era su hijo, Diego.
Diego tenía 17 años y un diagnóstico de parálisis cerebral. Desde pequeño, había necesitado cuidados constantes, terapias especiales y, sobre todo, un amor incondicional que ambos le habían dado sin reservas.
Pero ahora, separados, todo cambiaría. ¿Cómo seguirían compartiendo la patria potestad y la custodia de un hijo con discapacidad? ¿Qué pasaría cuando Diego cumpliera 18 años?
El divorcio con hijos con discapacidad
Clara había pasado muchas noches en vela buscando respuestas en internet sobre el divorcio con hijos con discapacidad, pero la mayoría de la información no está clara y acababa por dejar de buscar.
Lo que necesitaba, era una guía clara sobre los derechos de menores con discapacidad en el ámbito del derecho familiar. Fue entonces cuando, después de hablar con una abogada especializada en familia y discapacidad, supo que la Ley 8/2021 traía algunos cambios importantes. Esta nueva normativa ya no hablaba de «incapacidad», sino de «medidas de apoyo», un concepto que daba un enfoque más humano.
Clara comprendió que Diego, al cumplir 18 años, ya no estaría automáticamente bajo su patria potestad prorrogada, como ocurría antes con la antigua legislación. Ahora, para seguir protegiendo a su hijo, sería necesario iniciar un procedimiento judicial y solicitar una curatela para asegurar su bienestar, un proceso que gestionaría su abogada en medidas judiciales de apoyo para discapacidad.
Javier, por su parte, tenía dudas sobre la pensión de alimentos para Diego. Sabía que seguiría contribuyendo al bienestar de su hijo, pero no entendía cómo se calcularían los gastos especiales. Su abogada le explicó que, además de los gastos habituales como la alimentación, vestimenta y educación, debían incluirse los costos adicionales relacionados con la discapacidad del hijo, como las terapias y medicamentos que Diego necesitaba. Además, aunque Diego pudiera recibir una prestación pública, el Tribunal Supremo había aclarado que esto no extinguiría automáticamente la obligación de la pensión de alimentos. Se debería evaluar el tipo de ayuda y si cubría las necesidades de Diego.
La vida después del divorcio traería nuevos desafíos, pero Clara y Javier estaban de acuerdo en algo: el bienestar de Diego sería siempre su prioridad. En cuanto a la guarda y custodia, aunque Clara había sido la principal cuidadora de Diego, Javier quería estar más presente en su vida. Sabían que el tipo de custodia para hijos con discapacidad se decidiría considerando varios factores, como el grado de discapacidad, los cuidados especiales que necesitaba y la preparación de ambos progenitores para atenderlo adecuadamente. También influiría la distancia entre los domicilios de Clara y Javier y el centro de terapia al que acudía Diego.
Las noches de Clara seguían estando llenas de preguntas. Sabía que en algún momento, cuando Diego cumpliera 18 años, ya no estaría bajo la patria potestad de sus padres. Pero, ¿cómo asegurarse de que Diego seguiría protegido legalmente? La respuesta estaba en solicitar una curatela para personas con discapacidad, algo que se haría a través del juzgado.
Javier también se preocupaba por el régimen de visitas. Aunque Diego fuera mayor de edad, si necesitaba medidas de apoyo, él podía solicitar que se estableciera un régimen formal para poder seguir manteniendo contacto con su hijo.
Cuando todo terminó, Clara salió del juzgado con una mezcla de alivio y tristeza. El divorcio nunca es fácil, pero saber que Diego estaría protegido hacía que todo el proceso fuera más llevadero. Gracias a las medidas de apoyo judicial que ofrecía la nueva ley, tanto Clara como Javier podrían seguir tomando decisiones por su hijo, garantizando que recibiría el cuidado que merecía a lo largo de su vida adulta.
Guía legal para padres con hijos discapacitados: lo que debes saber
Si te encuentras en una situación similar a la de Clara y Javier y estás enfrentando un divorcio con hijos discapacitados, te recomendamos contactar con una abogada especializada en discapacidad que pueda ofrecerte el asesoramiento legal necesario para proteger los derechos de tu hijo.
En estos casos, resulta fundamental contar con un experto que entienda la curatela para mayores de edad con discapacidad y las nuevas figuras jurídicas introducidas por la Ley 8/2021.